Escapada Fin de Semana
Después de las tablas de abdominales, los lumbares y las pesas trabajando piernas, bíceps, tríceps, espalda, hombros y dorsales, para Berta los estiramientos eran el momento más tranquilo del entrenamiento si no contamos la ducha. Pronto cumpliría los 40 años y su cuerpo ya no era el mismo que tenía cuando iba a la universidad. Su nombramiento como nueva directora de mercados internacionales había supuesto una enorme alegría y, al mismo tiempo una vuelta de tuerca más a su matrimonio con Ignacio. Más dinero sí, pero menos tiempo libre también. La necesidad que sentía de una escapada de fin de semana era cada vez más urgente. Casada y con dos hijos (la parejita, niño y niña) siempre tenía la sensación de que le faltaba tiempo para todo y que si el día tuviera 3 horas más todo le encajaría perfectamente. Había fases en el crecimiento de sus hijos que no veía del todo claras y su marido, el adorable Ignacio, no dejaba de asumir más y más responsabilidades en el cuidado y educación de sus hijos. Si, lo veía claro, se lo debía a su marido y, además, le apetecía que fuera una escapada de fin de semana original, diferente y sorprendente. Últimamente no pasaban mucho tiempo solos y el Desafío Enigmático que había encontrado mientras navegaba por la red mientras se tomaba uno de los muchos cafés que se tomaba al día le parecía perfecto. Un lugar desconocido (ni siquiera ella sabía dónde iban) y con un buen número de actividades y enigmas para resolver juntos. Sí, sin duda había acertado. La mente de Berta dejó de divagar, había terminado la tabla de estiramientos y la ducha la llamaba a gritos desde el vestuario.